« He tenido que comprar en el mercado ilcito 50 gramos de cannabis para el dolor »


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Javier Miravete, hemofilia tipo A grave. « Mi vida es una sucesin de hemorragias, dolor en las articulaciones, inflamaciones, insomnio, falta de apetito y ansiedad. Encuentro alivio en las 30 gotas diarias de resina de la planta, que disuelvo en aceite de oliva para poder dosificarla, y en la vaporizacin de un gramo diario de cannabinoides, que caliento pero no fumo. Yo autocultivo, pero el cierre de las asociaciones y la prolongacin del estado de alarma me asustaron y tuve que salir al mercado ilcito a comprar 50 gramos de cannabis para que no se me agotara lo nico que me quita el dolor ».

Maribel Nacher, neuralgia del trigmino. « Yo siento una presin muy fuerte, es como una aguja quemando que entra por el odo y llega hasta la mandbula. Lo llaman el ‘dolor suicida’. Tomo dos tipos de pastillas y voy tirando. Pero cuando el ataque es muy fuerte, hablo de 12 o 13 das seguidos, ingiero tres gotas del compuesto del cannabis mezclado con aceite de oliva que me preparan en la asociacin y se me pasa el dolor. Tambin tengo unas cpsulas con CBD que me ayudan a dormir. Yo no soy fumadora, ni bebo alcohol. Pero parece que los enfermos que usamos cannabis tenemos que ir a escondidas, cuando es lo que nos quita el dolor ».

Carlos Leiva, cncer de colon, estenosis del canal lumbar y tinnitus. « Mi dolor es crnico. No camino erguido, voy como si fuera recogiendo monedas. Me duele la columna, me cuesta dormir y tengo un constante zumbido en la cabeza. En funcin de cmo est, me pongo tres gotitas de cannabinoides bajo la lengua o me fumo un cigarrillo electrnico con aceite de marihuana con CBD, que no es psicoactivo. Me relaja, me quita el estrs, me arranca el dolor o me silencia el ruido permanente del cerebro. Con los clubes cerrados, slo nos queda el mercado negro, que es ilegal y arriesgado, porque con el autocultivo o el abastecimiento de las asociaciones sabes cul es tu dosis y de dnde proviene el aceite que necesitas. Pero el mercado negro no sabes lo que te est dando. Somos enfermos, no drogadictos ».

Cannabis como arma teraputica, un limbo en la ley y un vaco en la pandemia.

Javier, Maribel y Carlos son tres de las, en estimaciones del Observatorio Espaol de Cannabis Medicinal (OECM), 120.000 personas que encuentran en determinados compuestos del cannabis un blsamo contra el dolor. Hablamos de enfermos de cncer, esclerosis mltiple, ELA, fibromialgia, endometriosis, epilepsia refractaria, migraa, ansiedad, insomnio… Pacientes que cultivan para s mismos el mximo permitido de dos plantas de marihuana por hogar o que compran sus aceites, sus cpsulas o sus gramos de forma legal en algunas de las ms de 1.000 asociaciones cannbicas repartidas por nuestro pas.

Maribel Nacher: "A lo m
Maribel Nacher: « A lo mo le llaman ‘dolor suicida’. Con tres gotas se me pasa ».

Pero el confinamiento del estado de alarma ha cerrado los clubes donde se abastecan y ha abocado a estos enfermos a una pregunta inquietante. Qu hacer?

« Las personas que autocultivan y con ello tienen suficiente para sus dolencias no han tenido problemas. Pero son una minora. La mayora acude a las asociaciones. Pero estn cerradas, as que, si han tenido suerte, los propios responsables del club les han llevado la marihuana a casa, con el riesgo que eso supone. Y si no, han tenido que irse a buscar al ‘camello’, con el peligro y la estigmatizacin que conlleva y el miedo a no saber qu estn comprando. Estamos hablando de personas vulnerables mdicamente, gente que ha llegado al cannabis al final de otro recorrido teraputico que no les ha ido bien. El usuario de cannabis teraputico no quiere colocarse, quiere una vida normal sin dolor ».

Es Queralt Prats, presidenta de la Unin de Pacientes por la Regulacin del Cannabis (UPRC), un colectivo de enfermos que utilizan este producto y sus derivados « bajo supervisin mdica, siempre con fines medicinales y de mejora de su calidad de vida ». En una carta enviada a comienzos de mayo a la Alcalda de Barcelona, la UPRC argumentaba el « carcter esencial » de la actividad de los clubes que dispensan cannabis medicinal, como han hecho Holanda, Canad, Uruguay y 24 estados de USA. Adems, citaba distintos documentos -incluido uno de 2019 del Comit de Expertos de la OMS en Farmacodependencia– que aseguran que « los preparados del cannabis han demostrado un potencial teraputico para varias condiciones mdicas ». Y, 33 pginas de informes y legislaciones despus, peda a Ada Colau la apertura de las asociaciones de usuarios de cannabis para que los consumidores pudieran ir a recoger sus dosis. El 18 de mayo, el Ayuntamiento barcelons respondi a la UPRC: « Derivamos la peticin a la Concejala de Salud para que puedan valorarla y darles una respuesta ».

« Pues no hay respuesta », contesta Queralt Prats. Esta profesora de la Universidad de Dinamarca y de ESADE lleg al cannabis medicinal por el cncer terminal y tortuoso de un familiar. « No le funcionaban los analgsicos, alguien nos habl del cannabis, y el cambio fue relevante. Una hermana ma y yo empezamos a investigar en este mundo y vimos que haba muchas posibilidades. Mi familiar acab muriendo y pensamos que podramos ayudar a otras personas en el futuro. El cannabis es una herramienta teraputica ms junto a otras que ya hay. Pero creo que aqu hay una mirada ms moral que cientfica. No me cabe en la cabeza que una sustancia que ayuda no se pueda utilizar porque tiene asociada la imagen del porreta« .

Maribel Nacher es lo contrario a un porreta. A sus 66 aos, ni fuma ni bebe, cuida de su familia y de su perro, pasea por Castelln cuando la fase de turno y el dolor se lo permiten y sigue contndole a su mdico que, junto a las pastillas de farmacia, toma cannabinodes. « El neurlogo me respeta. No est a favor ni en contra. Me escucha y lo apunta en el informe. Durante el confinamiento he temido que se me acabara. Suerte que me quedaba un poquito ».

Cerca de Maribel est Javier Miravete, vocal y coordinador de usuarios teraputicos del Castell Cannabis Club, una asociacin de 135 personas, 35 de las cuales utilizan la sustancia como recurso medicinal. Dos de ellas han muerto durante el estado de alarma como consecuencia de sus propias enfermedades. « Nosotros ofrecemos informacin y hacemos informes previos para los mdicos de los usuarios. Trabajamos con consejo mdico. De los 35 socios del club, unos 15 han recurrido al mercado ilcito, con el estigma que acarrea y los riesgos de adulteracin con metales pesados, pesticidas o cualquier otra cosa que ese producto sin control pueda llevar. Y a otros socios yo mismo les he enviado aceites por mensajera. Lo estamos pasando mal, seguimos teniendo dolor, hay mucha ansiedad… Y no somos delincuentes. Hay frmacos basados en cannabinoides, como el Sativex, que cuestan 400 euros y que se han seguido vendiendo en las farmacias. Por qu a esos enfermos s y a nosotros no? Somos drogadictos? Los clubes han sido nuestra salvacin durante aos. Estamos hartos del mercado ilcito ».

Carlos Leiva, con los cannabinoides que consume.
Carlos Leiva, con los cannabinoides que consume.

Mercado negro. Delito. Peligro. Oscuridad. Adulteracin. « El cierre de las asociaciones ha dejado tirada a mucha gente. Son enfermos que consumen cannabis, en muchos casos recomendado por sus propios mdicos. Durante el confinamiento, su solucin es el mercado negro, que ha subido los precios y ha bajado la calidad, porque se ha atrevido a vender lo que nunca vendera. Es la consecuencia de mantenernos en una zona gris, una realidad no suficientemente regulada. Aqu hay sistemas de abastecimiento no ilegales, pero no bien regulados ».

Es Hugo Madera, presidente del Observatorio Europeo de Consumo y Cultivo del Cannabis (OECCC), una organizacin que lleva aos haciendo trabajo poltico para la legalizacin de esta sustancia. El 5 de febrero, un mes y medio antes del estado de alarma, el OECCC present a los partidos su Ley de Cannabis Medicinal, un proyecto de regulacin con diversidad de cadenas de produccin y dispensacin. El 3 de marzo, 11 das antes de que todo se clausurara, el Observatorio habl en el Plenario que Naciones Unidas organiz sobre el cannabis. « La OMS ha recomendado la reclasificacin del cannabis, apuesta por su acceso para fines medicinales y cientficos y llama a los mdicos y cientficos para que se formen en su manejo ». Y, ya en pleno estado de alarma, esta organizacin estren el documental Primero las personas, 40 minutos de historia, presente y porvenir del cannabis en Espaa.

Carlos Leiva tiene 61 aos, es fundador y socio de la Unin de Pacientes por la Regulacin del Cannabis, trabaja para una agencia de reproduccin asistida, ama la Frmula 1 y el ftbol y firma una dual biografa de enfermedades y optimismo.

– Si usted tuviera que hablar en plural sobre las personas que hacen un uso teraputico del cannabis, qu dira?

– Que no nos estamos drogando, nos estamos medicando.

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